viernes, 14 de junio de 2013
EL ABUELO
Las lluvias, cesaron.
Con falsa furia
Amaron la tierra sedienta
Concibiendo en su vientre
El pan que a de llenar
El estómago que peligra vacío
Los celajes,
Allá, en los cerros
Ya hacen guiños.
Las aguas en las montañas,
En causes de cristal
Llegan mansas
Al rio que espera en la
quebrada.
En el poyo,
Hecho de sudor y barro
El abuelo; sentado, contempla.
El verdor que es obra del invierno.
Con las manos muy unida
En careo con su silencio
Al cielo eleva una oración.
Sus ojos
Contritos
Llenos de Dios
De la cocina,
Una voz.
De timbre añejo
Llama…
Viejo,… tu comida
Con paso rengo:
Tambalea,
Piensa,
Me mira,
Y Ríe.
Esta vieja…
Cuánto la quiero
En la cocina
El hollín, reina con las ollas.
Que brillan
Coludidos con la luz del
candelabro
El abuelo,
Mira
Murmura
La cosecha será buena
La bendición nos ha caído del cielo
Los hijos, ya se fueron
Son aves que migran.
Solo llegan de paseo
La abuela, calla
Ella, siempre allí, amándolo
El regalándole su cariño
Los años jóvenes se les fueron
Los años viejos caminan a su lado
El tiempo es bueno…
Vieja
Dios se está acuerda.
El siempre con nosotros…
Viejo
Ya es tarde
La luna entre los matorrales
Deja ver su belleza.
Los árboles se encorvan
Los árboles se encorvan
Y cantan.
La noche, me regala su misterio,
Me lleva
Al seno de la comarca.
La casa contagiada por el sereno
Duerme.
Ellos, cansados y llenos de sueños
Arrullados por sus recuerdos
Se quedan dormidos.
Mañana al clarear de la aurora
Cuando el gallo
Entone su canto
Empezarán la jornada
Junto al amor
Que un día, con palabras
Iluminadas de ilusión,
sus vidas se entregaron.
Por: Néstor Matta Guerrero
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